¿Cuánto control tienes sobre las tareas que te son encomendadas? ¿Cuánto ignoras de ellas de antemano? Por ejemplo, me piden que prepare un punto para rappel. Me dan un rack constituido sólo por pitones, cuerda de cáñamo y un viejo martillo. En ocho minutos he preparado algo que resiste el peso de tres personas. Me piden la misma tarea y me dan un rack de Friends, cinta de nylon, mosquetones nuevos. Treinta segundos, dos mil kilos. La misma orden, pero me quitan todo y dejan sólo la cuerda de cáñamo. En el suelo hay piedritas, palillos, alambre viejo, polvo. Si mi vida (u otra) dependiera de ello, en media hora estaría terminando algo artesanal capaz de resistirme, que incluyera mis jeans, los pasadores de mis zapatos, los tacones, también, mi reloj y mi camisa rasgada, trenzada, anudada. Preguntas: ¿qué me hace capaz? ¿De dónde proviene el gozo de cumplir lo que, en el fondo, es un mandato heterónomo?
¿Por qué es tan diferente en mi trabajo? Por ejemplo, me piden que elabore el documento que describe al proyecto (XXX, en el que trabajo). Ahí empiezan los problemas. Unos admiten que sería bueno articularlos; otros, que basta sumarlos uno tras otro. Yo opino que sería óptimo articularlos pero sé que la posición de sumarlos se impondrá, en este contexto: por ser más tonta. No obstante me ofrecen una matriz de articulación que no está validada pero que parece sensata (yo mismo contribuí levemente a ordenarla). No sé si usarla; su contribución al producto (que es urgente y estúpido e inútil) es dudosa. Y ninguno de los componentes encaja con ella. La matriz debería ser como el Friend, una leva de escalada que se adapta al problema que se presenta; ésta parece más bien una piedrita: es, en sí misma, otro problema. Pero, aunque puedo ejercer la capacidad de improvisación, no me agrada. Los componentes se odian entre sí; no sucede esto con las piedritas ni con el alambre oxidado, que son neutros.
Mis ganas de acatar este otro mandato heterónomo -así dependa de ello la vida de millones de escolares: pero NO depende- son nulas. No hay gozo. Preguntas: ¿podría hacerlo mejor si supiera cosas que no sé? ¿Es un problema de falta de información? (¿No será de exceso, más bien?) ¿Qué me hace incapaz de hacerlo? ¿Y qué, de tener fe? Repetiré que no me pagan para tener esperanzas.
lunes, 9 de julio de 2007
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1 comentario:
Resolver un problema artesanal con objetos físicos te da la garantía de que, por lo menos, no hay nada intrínsecamente insidioso o estúpido en los objetos que debes dominar.
La naturaleza podrá ser sutil, pero no es maliciosa, dijo alguien.
Trabajar en un nido de burócratas implica estar supeditado a opiniones humanas, y aun presumiendo buena fe de parte de todos tendrás que resignarte a sus diversas interpretaciones de conceptos y tejidos de conceptos. Y todo bajo el signo de la administración: formalismos y papeleos y trámites internos que respetar, jefazos que tienen otras agendas, y todo lo demás...
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