martes, 16 de octubre de 2007

Ygramul

El Pequeño Rembrandt es una novela que discute la posibilidad (la cuestionada realidad) de los individuos unitarios. En ese sentido se dedica a explorar la conformación de 1) entes regularmente considerados individuales, sea por sí mismos o por otros, para centrarse en su identidad en el tiempo y su frontera con los “demás”; y 2) entes considerados regularmente parte de colectivos, organismos o grupos en ausencia de los cuales no comportan existencias cabalmente funcionales, también para contemplar su duración continuada y cuán rala –eventualmente, cuán irreal- es su frontera con el resto del colectivo.

Había, en una de las versiones, un organismo muy primitivo –un moho, un celentéreo- que, como parásito de uno de los envíos ilegales de especies exóticas sudamericanas que hace Harry, escapa de una laguna contaminada por un polímero, uno de los meandros abandonados del río Heath, e invade el Lago Balatón en Pannonia. Anoche soñé el mecanismo de escape, que lo vincula con otros escapes de Sára. Tiene que ver, otra vez, con la indeterminación cuántica, que hace que por la intromisión de un electrón en un tonto átomo de carbono el organismo haga algo para lo cual no está programado en su ADN; no es un parásito pero empieza a comportarse como tal, e invade a un huésped que antes no lo era.

Sára se comporta análogamente, quizá por las mismas razones.

Para armar el organismo primitivo, revisar en Wikipedia: Last universal ancestor (LUA), also LUCA (last universal common ancestor), is the hypothetical latest living organism from which all currently living organisms descend. As such, it is the most recent common ancestor of the set of all currently living organisms. It is estimated to have lived some 3.6 to 4.1 billion years ago.

Es decir, dar el pie para una discusión acerca de que la división (la confusión) entre individuos y colectivos, y sus conductas implicadas, data del origen mismo de la vida. Lo importante es la noción de que este es un organismo enfermo: tiene un parásito, y ese parásito le plantea una simbiosis sólo posible si se enferma. La aceptación de la enfermedad constituye una nueva especie.

Sára se comporta análogamente.

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