El misterio de la caridad
Es el momento de escribir una novela enfrentando budismo y memética. Así como en Little Rembrandt se enfrentaban colectivos y egoístas, muchos siendo un yo y yo compuesto por mucho, tal vez por demasiado.
Un budista tiene que matar a su propio gato. ¿Qué detiene su mano? ¿Por qué hay caridad? El gato es ilusorio. El dolor, real.
Por otro lado, si nada impermanente puede ser mío, ¿qué hay del meme búdico?
“El karma es una finísima estructura mental”. Lo que sobrevive de vida a vida no es el alma (pues el alma no existe), es esa estructura mental. Es el memeplejo que se se soporta a sí mismo, el yo en toda su espléndida falsedad.
Los objetos del mundo, y el yo entre ellos, son como pantallazos entre cambios de ventana, mientras el procesador está pensando. Nada es por completo, nada deja de ser del todo –el mundo está en una suerte de limbo pull-down menu, peor: el mundo está colgado por falta de ROM.
lunes, 3 de marzo de 2008
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