lunes, 2 de febrero de 2015

Escalofríos cósmicos


De chico, una de las consideraciones  que más me llamaron la atención en astrofísica (concretamente, en la evaluación de la posibilidad de vida extraterrestre) fue la ecuación de Drake, que pondera ocho variables que afectan, o podrían afectar, dicha posibilidad. 




El último término de la ecuación de Drake  (la L de la fórmula ilustrada arriba) relata el tiempo durante el cual una civilización lanza señales detectables al espacio. Fue uno de los libros de Carl Sagan que me hizo ver la importancia de que una civilización no sólo exista, sino que permanezca en el tiempo y esté en condiciones –o en voluntad- de comunicarse.

Se ha estimado que, en el caso terrestre, L dura tres o cuatro siglos. Pero es claro que trasponer la duración de fenicios, persas u otomanos al espacio -como método- es bastante inválido.

El planetólogo (sí, ahora hay planetólogos) David Grinspoon piensa que hay un factor adicional, expresable como fIC*T, por el cual una civilización que nulifica todo lo que la amenaza se haría efectivamente inmortal (y el universo estaría acumulando civilizaciones a medida pasa el tiempo). Otros han hablado de la necesidad de incluir la reaparición de civilizaciones en el mismo planeta, mediante la incorporación de (1+nr) a la fórmula de Drake.

Así las cosas, cuando esta mañana me encuentro con un abstract en The Astrophysical Journal que me abruma con esta novedad acerca de la estrellita Kepler 444 y sus cinco planetitas terrestres:

Dice el abstract “We use asteroseismology to directly measure a precise age of 11.2 ± 1.0 Gyr for the host star, indicating that Kepler-444 formed when the universe was less than 20% of its current age and making it the oldest known system of terrestrial-size planets.  We thus show that Earth-size planets have formed throughout most of the universe's 13.8 billion year history, leaving open the possibility for the existence of ancient life in the Galaxy.”

En otras palabras: hay planetas terrestres que tienen casi el triple de la antiguedad de la Tierra. Que están ahí casi desde el inicio del universo. Y esta pequeñez tiene -disculpen mi francés- un culo de consecuencias.
Primer pie humano en Marte. Al parecer, el cosmos tiende desde hace mucho a generar grandes pasos y polvorientas huellas.

En primer lugar, altera los estimados de los parámetros más “firmes” de la ecuación de Drake (presunciones que ayudan a comprender por qué fracasa SETI), y por tanto nos obliga a preguntarnos si en verdad no estaremos solos en el cosmos. Yo, claro, pienso todavía que no.

De otro lado, si el azar está del lado de la inteligencia y esos planetas –y su muchísimos pares en el universo- han permitido su desarrollo desde el primer quinto del tiempo (es decir, si la inteligencia es tan antigua) cabe asegurar que alguien ya entendió.

Y si alguien entendió las grandes reglas del juego cósmico hace tanto tiempo (yo asumo que la inteligencia suficientemente antigua cumple el papel que atribuimos a divinidades progresivamente “mayores”), probablemente ya existe Dios.

O algo muy antiguo y capaz de cumplir ese papel.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Mi querido Monrique; En los setentas, cuando Chepito se ofuscaba cada vez que pronunciaba la palabra "contingencia" me obligaba de inmediato a exponer las esperpénticas teorías de Erich Von Daniken, vástago del imperio bancacario suizo. En sus retorcidas y atroces demostraciones (la "Pareidolia" absoluta de cuanto trasto arqueológico mostraba, fotografiaba y apelmazaba con sus regordetas manos de campesino helvético) y en su discurso teñido de una mezcla de persuasión kantiano-machigüenga, el Erich indicaba el factor "memoria y olvido" de las antiguas (?) civilizaciones extra-terrestres, llegando incluso a proponer que no solo existieron o existen extra-terrestres sino "Intra-terrestres" (ver libro de Marie-Thérèse Guinchard & Pierre Paoloantoni, "Les intra-terrestres")era una constante de nuestras abotagadas culturas humanas. De una u otra manera, la astrofísica le debe aunque sea una palmadita en el hombro a aquél inefable "Emmentaloïde" que hizo fortuna con sus acertijos y obras de humor cósmico. Daniel Ruzo y su "Pecca Gasha" y los "Masma" también iban por la misma senda, aunque se quedó atorado en el puente de Autisha. Un abrazo. Sergio

Enrique Prochazka dijo...

Entrañable, y entrañado, Sergio-que-usa-la-cuenta-de-Tomás: hace años que te escribo inutilmente a esa cuenta boba que tienes que acaba en .fr. Consíguete un gmail, hombre, y chamullemos en regla.
En cuanto a Von Dä, a quien de seguro conocimos el mismo año el mismo mes la misma semana el mismo día, y con él jodimos a Chepito al rato siguiente ante los espasmos del gordo Lino yo y del maese Monki tú, secundado por el bufo Iwasaki él y por el Negro Tejada mi redondo amigo de la infancia, dígote que hizo de la pueridolia la forma asociativa cósmica de privilegio, por la que el mero runrún de las esferas produce el acto creativo misma fonación Kaleva-Lica. En buena cuenta, el chorisuizo demostró que el universo existe porque se le parece mucho al universo. En cuanto a los intraterrícolas, The Fwenz nos mostró a todos que eran miembros del Vril y que lo que brillaba en el núcleo terrestre no era otra cosa que el Schwaeze-Sonne, lo que nos lleva de regreso a la pareifonia VonDenisovana porque las SS -cuyo calaverino uniforme guardaba celosamente el Monki en su clóset- sacó sus iniciales de aquel astro geométricamente situado en el cruce de la normal gravitacional que desciende desde tus pies con la que desciende hacia el mismo sitio desde los míos, es decir, la cancha de Leverkuhn, Lewenhoek o como se haya llamado el personaje que Verne hace emerger por el Strómboli. Bienvenido, y que tus visitas se repitan. Déjame micibas en otros posts, si lo tienes a bien o a mal. Abrazo cósmico, E

Anónimo dijo...

Intra-Ñable Monrique; Coincidencia o no (yo diría más bien que no) hoy leía en una revista (el título no interesa ahora pero ya más adelante te lo aclararé)un artículo de un astrofísico francés con pinta de jipi californiano de los sesentas (así, en plural)y sus ecuaciones que demuestran la teoría del "Multivers", las cuales y hasta donde llega mi curiosidad, ningún matemático, astrofísico, físico planckquico, bombero o jugador del Deportivo Municipal ha desacreditado o echado por la borda. El tablista en cuestión llega incluso hasta desbaratar el silencioso "Big Bang". Te alcanzaré prestamente el nombre del susodicho tronchero. Coincidencia o no (yo creo que más bien no)acabo de leer un artículo publicado por el inefable Fernando Iwasaki (en el Mercurio de Chile y con el que ganó un premio de periodismo ...) en el cual te menciona como escritor checo de habla hispana (dentro de una lista que abarca algo más de una media docena de nombres de escribidores de apellido no-nativo pero de expresión castellana. No dice claramente que eres checo pero apunta a tus orígenes. El artículo puedes leerlo en la página de "El Comercio" de hoy. Para proseguir con la comunicación, te ruego me escribas a sergiotarn@hotmail.com y así no tendré que pasar por la cuenta de Tomás. Podremos chamullar largo y ponernos al día y a la noche de nuestras pâlpitaciones. Un fuerte abrazo y Pon. Sergio

Enrique Prochazka dijo...

Mire, joven: como muchos lectores de Universo de Locos, de Fredric Brown, no pude dejar de sonreir ante la idea de los multiversos, que abusa de objetos previamente eternos postulados por intonsos como Francis Bacon y tu paredro Giordano, incinerado en Piazza di Fiore en 1600, días antes de que el Huaynaputina chanque Nueva Castilla e incremente al absurdo la inflación del Imperio Español. Con lo mucho que me gusta el pindárico juego de agotar el campo de lo posible, en esencia, la idea de los multiversos es una huida cuántica por las patas de los caballos. Se los postula porque es inmoralmente improbable que sólo exista este universo, puesto que está demasiado ajustado a lo que necesitamos para existir. Una sobreecitación del principio antrópico ha llevado a esta masa acrítica de físicos jipilinos a empujarnos los multiversos. En mi opinión, multiplicar la masa del universo POR INFINITO debido a que no entendemos bien cierto juego de azar, es una torpeza epistemológica imperdonable. Veremos qu+e sucede en el futuro. Te escribiré a esa dirección arcaica, que es una confesión de parte y me releva de pruebas. Abrazo, E