miércoles, 16 de julio de 2008

Sábado, 9:42 pm.

-Yo sí tengo un sueño Sublime.

Por alguna razón -con una pausa sibilante- el Huayito dejaba en claro que el adjetivo llevaba mayúsculas, como si se tratase del célebre chocolate.
-A ver, dejen que el Huayocccjjarino cuente su sueño sssublime de mierda.
-Escucha y después opina, Guarisco... mi sueño Sublime empieza por ir a Mónaco, a Montecarlo mismo... De paso, a ver, Loco, tú que enseñas geografía ¿cuál es la capital, Mónaco o Montecarlo?
-El Principado es de Mónaco y el Casino, de Montecarlo. Por lo tonto, Montecarlo es la capital. Elecucudé.
-Sí, en verdad, ya lo sabía, no por que sepa una pepa de geografía sino porque me acordaba de lo del casino. En fin, vas al Casino de Montecarlo, a todos los restaurantes, hoteles, cafés y boites de Montecarlo -a lo largo de varios días si hace falta- y en todos pides permiso y vas al baño a cagar.
-El servil este ¿cree que hay que pedir permiso para cagar, en Montecarlo?
-No es servilismo, Monda, sino buenas maneras. Claro que no hace falta que tú sepas qué es eso para seguir con mi exposición. Bien, vas y haces caca en cada wáter de Montecarlo (claro que se requiere harto presupuesto para estar en condiciones de producir mierda en un lugar tan caro, pero olvidemos los supuestos y los presupuestos). Cagas y cagas, en fin, en cada wáter, con la esperanza, más aún, con la convicción apasionada de que en algún momento, en algún desagüe oscuro y propicio, tu caca se juntará, se mezclará y se pegará... con la de Carolina de Mónaco.

Hubo vítores y salvas de aplausos. El Loco se tiró un gran pedo de aprobación.

-Me gusta aquello de la "conviccion apasionada" -dijo Daniel.
-¿Es un buen sueño Sublime, Guarisco?
-Concuerdo, Caballero Antártico. Pero tienes que admitir que yo tenía razón: porque también es un sueño de mierda.
-Viendo a mi padre –reflexionó entonces Smisek- confirmo que fue él quien me dio estos huesos largos y esta mirada de tristeza insolente.

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