martes, 27 de mayo de 2008

¿(por) Qué estoy leyendo?

Es como si uno debiera disculparse por no leer novelas... Leo para divertirme y leo porque me divierte. Leo, principalmente, porque escribo, y tengo muchas preguntas que atañen a los temas sobre los que estoy escribiendo, preguntas que no me responde Wikipedia.

Este mes estoy averiguando acerca de cinco o seis temas: los glaciares, la expansion del Tawantinsuyo hacia el este, las bacterias, la tecnología precerámica, el periodo protominoico en el Mediterráneo oriental, la estructura de la narración contemporánea... Por lo general estos temas se asocian a las ficciones específicas que estoy escribiendo, pero no siempre la correspondencia es uno a uno. Por ejemplo, en una de mis novelas en trabajo hay bacterias (y aluminio, y un cuadro de Rembrandt) , mientras que en la otra hay hielo glaciar (y chicas anoréxicas, y machiguengas). De pronto se me ocurre el argumento para un cuento que tiene bacterias atrapadas en el hielo, y entonces una sola lectura sirve a varios propósitos. Postearé hoy lo que estoy leyendo sólo sobre dos de estos temas.

Novelística, narrativa, arte:

E.M. Cioran, El ocaso del pensamiento. No me está gustando mucho; veo a un Cioran blando y con un manejo del lenguaje inferior a lo que le conozco. Para contrastar, consulto al mismo tiempo sus opiniones sobre la novela en "Cartas sobre algunas aporías", que está en Adiós a la filosofía y otros textos.

Ortega y Gasset, La deshumanización del arte y otros ensayos de estética. Ortega escribe bien, y piensa con claridad. Me gusta leerlo, aunque sus ideas sobre estética están aquí algo fechadas.

Néstor García Canclini. Lectores, espectadores, internautas. Canclini no me gusta, desde que tratamos de contratarlo en el MED para un evento y se puso soberanamente engreído. Estoy buscando en este desordenado librito alguna intuición luminosa, algún dato sorprendente para que lo cite un personaje mío que no me cae bien. No encuentro nada aún.

Mario Vargas Llosa. La verdad de las mentiras. No había podido tenerlo antes y ahora estoy disfrutando sus tendenciosas interpretaciones. Hasta ahora he leido lo que dice sobre Mann, Conrad, Joyce, Hesse, Huxley, Camus y Orwell, entre los autores cuya obra comentada sí conozco, y algunas de las otras.

Umberto Eco. A paso de cangrejo. Una colección de conferencias y artículos. La mitad del libro es (muy culta) chismografía política italiana, que de vez en cuando logra ser divertida. El resto no tiene pierde, y su lucidez (espero) será contagiosa.

Incas, Antisuyo, conflictología andina:

Pedro Cieza de León. La crónica del Perú. Nunca leí cronistas en la universidad, y ahora me acuerdo por qué. Pero me paseo por los capítulos pertinentes a mi libro, a ver qué encuentro. Me gusta la descripción de la costa, legua a legua. Lo leo con el Google Earth abierto, a veces comparándolo con mapas y guías playeras.

Juan de Betanzos, Suma y narración de los Incas. Lo mismo digo, pero este es más entretenido y útil para mí, en las pocas páginas sobre Mango Inga y Sairi Túpac. La edición es también más agradable.

Pierre Verger, Fiestas y danzas en el Cuzco y en los Andes. Es un antiguo (1945) libro de fotografías comentadas por Luis E. Valcárcel. Los comentarios del fundador del andinismo son poéticos, prejuiciosos, anticientíficos, telúricos y además vienen en tres idiomas.

P. Andrés Ferrero, o. p.; Los Machiguengas, tribu selvática del sur-oriente peruano. Las fuerzas evangelizadoras hacen todo lo posible para que el buen padre Ferrero abandone el tino y la imparcialidad científica, pero felizmente no lo logran. Se deja leer. Estoy armando algo simpático con este material.

Griss, Perú insurgente, Perú emergente. Apuntes sobre 40 años de lucha armada. Un esperpento. Citas del Che, de Regis Debray y Franz Fanon, textos e interpretaciones heroicas de Javier Heraud, Hugo Blanco, Guillermo Lobatón... Abimael, Letts, Cerpa todojunto. Me sirve porque me ofrece para un personaje cierto peculiar lenguaje (el de un revolucionario no cínico) y una ceguera, la ceguera de la esperanza.

Comisión Andina de Juristas. Coca, cocaína y narcotráfico. Laberinto en los andes. Para el tema, es un libro viejo (1989). Como Secretario General de Interior he tenido acceso a mejor información, desde luego, pero me sirve el modo como Diego García Sayán la ha organizado aquí.

María Rosworowski. Historia del Tawantinsuyo. He leido la introducción y los capítulos sobre rentabilidad y modelo económico. Discreto, interesante, es como una pizarra en blanco sobre la cual dibujar ficciones.

María Rostworowski. Estructuras andinas del poder. Ideología religiosa y política. Entrevisté a la sra. R en 2006, lamentablemente, sin haber leido nada suyo -aparte de otras entrevistas. Me parece que debía corregir eso, en particular no estando de acuerdo con algunas cosas que me respondió entonces. Leo ahora el capítulo 3, diosas y parejas divinas, y el 6, La diarquía entre los Incas. Útil.

Jorge Bruce. Nos habíamos choleado tanto. Sí, estoy leyendo un best-seller. Bruce y Nugent y Twanama y Tanaka y sus títulos-variante-de-títulos-famosos. Yo inventé el mío: "El fin de la historia y el último cholo". Ya postearé el artículo.

Instituto Nacional de Cultura. Proyecto Qhapaq Ñan. Informe de campaña 2004. Me sirve el prólogo de Lumbreras, las noticias geográficas, los muchos mapas, las fotos de los túneles del camino inca.

Máximo Ccama Ttito, Alejandra Titto Tica, Abraham Valencia, Tatiana Valencia. Ritos de competición en los Andes. Luchas y contiendas en el Cuzco. Costumbres, armamento, insultos y canciones propias de los tupay (batallas rituales) de Chiaraje y Tocto. Utilísimo, pero ninguna tolerancia intercultural me permite callar mi indignación por la persistencia de sacrificios humanos en nuestro siglito veintiuno, realizados, además, en presencia de la Policía Nacional. De espanto.


Creo que debo explicar cómo leo esto que leo. Todos los libros que menciono están a la mano, retirados de la estantería. Hay media docena en el baño, otro poco en mi mesa de noche, un par en la mesa, algunos al lado de la computadora. Leo unos párrafos o unas páginas de cada uno, salto entre capítulos... rara vez alcanzo a leer más de diez páginas seguidas. Consulto al menos cinco libros diferentes en una mañana. Entre uno y otro, a menudo entre un párrafo y otro, tomo notas, bien en la computadora o directamente a mano en las márgenes de los manuscritos de mis proyectos. Muchas veces hago dibujos, diagramas, rostros, hasta smileys. Hago esto porque me resulta sumamente difícil leer de otra manera.

Sigo pronto con algunas de mis otras lecturas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

con esta lista, de seguro que seras considerado como un "andino". suerte en tus pesquisas.

Anónimo dijo...

Será porque El ocaso del pensamiento es un libro de 1940, originalmente escrito en rumano; antes de que Ciorán adoptara el francés como idioma literario. Nueve años más tarde, en 1949, se publica el Breviario de podredumbre, ya en francés, y allí ya encontramos a ese Ciorán más familiar y maduro que inicialmente conocimos gracias a las traducciones de Fernando Savater. La madurez, sin embargo, puede ser ilusoria. Un título que engaña, En las cimas de la desesperación (primer libro de Ciorán, y escrito en rumano), adelanta un archivo interminable de quejas; y en apariencia, tras la primera lectura, al lector le resulta un esfuerzo relativamente menor, comparado con obras posteriores. Quien se familiariza con Ciorán, en cambio, puede llegar a la conclusión de que los sacrificios no han sido en modo alguno deleznables: En las cimas de la desesperación es un texto enriquecido por la ambiguedad; muchos de los breves ensayos parecen inacabados o truncos, muchas ideas parece que se quedan a medio camino, abunda el esbozo, el amago, y escasea la perfección, lo redondo. Y aún así, uno lee este pequeño libro, y llega a amarlo profundamente por sus aparentes defectos; porque de qué otra manera puede uno acercarse a temas como la melancolía, la tristeza, la incertidumbre metafísica, la soledad y la muerte. Se trata de un Ciorán menos sentencioso, menos transparente, más oscuro y nebuloso; pero precisamente por eso, más enigmático e interesante. Salud.

M.

Enrique Prochazka dijo...

Me gustó En las cimas de la desesperación. Casi podía, en cada página donde dice "valaquio", sustituirlo por "peruano", y entonces leer dos libros desesperados al mismo tiempo.

Gracias por tu visita, es importante para mí.