miércoles, 19 de marzo de 2008

David of the White Rock

"Listen", I said at last, "I'm going up there, if only for my own peace of
mind. That mountain's less than twelve thousand feet high -that's only two
thousand under Eart's gravity- and I can make the trip in twenty hours at the
outside. I've always wanted to go up into those hills, anyway, and this gives me
an excellent excuse".
"If you don't break your neck", said Garnett, "you'll be the
laughing-stock of the expedition when we get back to Base. That mountain will
probably be called Wilson's Folly from now on."
"I won't break my neck", I said firmly. "Who was the first man to climb
Pico and Helicon?"
"But weren't you rather younger in those days?" asked Louis gently.
"That", I said with great dignity, "is as good a reason as any for
going."

Arthur C. Clarke. THE SENTINEL

Leí estas líneas de Arthur C. Clarke quizá en 1971 o 1972. Allí estaba todo. En ese divertido because it's there del viejo autor (escrito veinte años antes, hacia 1951) estaba y estaría todo lo que necesitaba un explorador para lanzarse a la aventura. Subiré, debido a que así lo exige mi propia paz espiritual. La montaña está dentro de mis capacidades: saber esto requiere conocer la montaña, y conocer aún mejor mis capacidades (y en este caso extraordinario, además, la gravedad); tengo los recursos de tiempo, experiencia y habilidad para hacerlo; siempre he querido ir a esos picos. Luego están los reparos. te vas a matar, me dijeron. Y las burlas, resueltas en la cuestión del nombre. Le pondrán tu nombre, me recuerdan, en son de burla. Magnífico. Que le pongan mi nombre, retruco, en son de desafío. Y el desafío se mide con el recuento de las capacidades: ¿quién fue el primer hombre en subir aquellas cumbres? ¿Quién abrió esos caminos? ¿Quién pisó por primera vez esas cumbres, dejando para siempre sus huellas recortadas en los cantos de esas paredes, sus huellas de pie de gato, evolución natural de las de las zapatillas de elefante del anciano Neil Armstrong? Yo. No olvides con quién estás hablando.
Y ahora, muchos años y muchas rutas y muchos nombres después, esas pocas líneas siguen revelándose importantes para mi propia aventura en este planeta. Sí, es verdad que eso fue hace muchos años. Pero esa es una buena razón para seguir yendo al medirse contra el cerro. Porque, como tantas otras cosas que previó Arthur C. Clarke y tenemos ahora entre nosotros, algún día alguien será el primer hombre que suba Pico y Helicón, en la Luna.

Honor y espacio, mucho espacio, al sabio profeta fallecido ayer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me fascinó el comentario a eso de "if only for my own peace". Abandoné mi anterior vida, justamente por eso. Por lo menos aquí tenemos un ejemplo de que no todo es "gozo de cumplir lo que, en el fondo, es un mandato heterónomo".

Enrique Prochazka dijo...

Y sin embargo creo que el foco de Clarke está iluminando tra cosa: no la paz final, sino el desequilibrio del proceso de búsqueda. Porque, leido The Sentinel hasta el final, al menos a mí me parece que ni el protagonista ni el resto de la humanidad logran esa paz. Lo que logran es un periodo de angustiada espera.